Todos conocemos la historia del Titanic. El mayor transatlántico del mundo en 1912 partió en su viaje inaugural desde Southampton rumbo a Nueva York con 2.223 pasajeros a bordo. La madrugada del 15 de abril, poco después de las 2:20 horas y tras chocar con un iceberg, se hundió llevándose a 1.514 personas al fondo del helado océano. Así comenzó la leyenda de uno de los dramas más recreado en distintos medios, desde el cine hasta la literatura, convirtiéndose en una fuente inagotable de historias, tantas como pasajeros viajaban en sus camarotes.
Coincidiendo con el centenario del hundimiento, llega a nuestro país la obra que realizó Micheluzzi en 1988, en la que utilizó el buque de los sueños como marco para contar una historia coral de varios personajes que se encuentran en el barco, cuyos destinos se verán entrelazados corriendo distinta suerte a la hora de sobrevivir a uno de los más célebres accidentes marítimos de la historia.
GB Putnam “el Toro”, un ambicioso hombre de negocios americano hecho a sí mismo (a base de robar a los demás, según dicen las malas lenguas), tendrá que tomar medidas drásticas para evitar que un secreto que pone en peligro sus ambiciones políticas salga a la luz; Olivier, un joven encantador de vida complicada que pretende cambiar el rumbo de su destino intenta una jugada que le puede salir muy cara; Mora, un anarquista catalán deseoso de sacrificarse por la causa y dar una lección a la sociedad corrupta de los ricos y los poderosos que se pasean por el barco planea un atentado a bordo contra la injusticia social; Viktor Denissevich, un rico y extravagante aristócrata ruso, dispuesto a todo con tal de ganar la carrera de coches de Nueva York a Chicago y dejar fuera de la competición a su rival, el británico Lord Albert Brudenell que también viaja en el Titanic y ha asegurado poder ganar la carrera el revolucionario British Pride.
Estos son algunos de los personajes que se pasean por las cubiertas del Titanic ajenos al drama que está a punto de desencadenarse en alta mar. Con un estilo de falso documental, Micheluzzi mezcla realidad y ficción con trazos precisos en blanco y negro reflejando la sociedad de principios del siglo XX y las marcadas diferencias entre las distintas clases sociales.
Un cómic imprescindible para todos los seguidores del clásico del cómic italiano Micheluzzi, que ofrece su versión de los acontecimientos y su personal punto de vista sobre la sociedad que fue testigo de uno de los accidentes más dramáticos del siglo pasado.
2 de octubre de 2012