Nueva entrevista realizada por nuestra colaboradora Marisol Hernández que en esta ocasión introduce ella misma.
Hace muchos años y casi como una penitencia autoimpuesta, decidí leer obras de Shakespeare. Recuerdo remotamente la pesadez de sus diálogos, la lentitud con la que avanzaba la trama y no por ello reniego del autor, sino muy al contrario, lo reconozco como maestro hacedor de teatro, puesto que sentada en un patio de butacas he disfrutado de sus obras como la que más.
Este introito no tiene otro sentido, sino que descubrirme ante esta obra, la que inicialmente tomé con ciertas reticencias, aquellas que se derivan de tener entre manos la adaptación de un libro que costó leer. Sin embargo la lectura del cómic se me hizo corta y no solo corta, sino atractiva, al tiempo que es una obra que capta toda la esencia de la obra original y todo ello con una apuesta tan de teatro, como Shakespeare hubiese deseado.
Cuando uno lee el cómic de Macbeth, una obra de la que Josep Mª Polls y Jordi Sempere han conseguido extraer lo mejor y llevarlo a una lectura tan fácil como épica, descubre el profundo conocimiento que los autores tienen de la obra, pero sobre todo una pasión por la misma que les ha llevado a desarrollar una obra de una calidad incuestionable. La pasión de los autores se traslada al lector, que se siente entre bambalinas o en el patio de butacas de un teatro, disfrutando de una obra maestra, a la que se le ha restado parte de su pesada carga de diálogos complejos, para trasladar la historia en imágenes, que convierten un clásico en una obra actual, sin perder nada de su esencia. Una obra en la que los dibujos toman forma de actores y el argumento propone una historia tan auténtica como la original.
Y tras esta bonita reseña pasamos a la conversación con los autores.
Parece una osadía atreverse con un clásico como Macbeth, y especialmente cuando se trata de llevarlo al cómic. ¿Cómo se os ocurre esta idea?
Polls: Nos tenemos que remontar mucho tiempo atrás.
Sempere: En un origen nos pidieron adaptar un clásico para una colección francesa y analizamos qué clásicos nos llamaban la atención.
Polls: Inicialmente Jordi pensaba en El fantasma de la Ópera y yo propuse Macbeth, porque tengo especial afinidad con este personaje.
Sempere: No llegamos a hacerlo y durante un tiempo este proyecto estuvo aparcado.
Polls: Lo hemos trabajado durante bastante tiempo, es un proyecto de al menos hace cuatro o cinco años, y ha pasado por diversas fases, pero el inicio fue dirimir qué hacíamos, si El Fantasma de la Ópera o Macbeth, y finalmente elegimos esta opción. Todavía no sé bien por qué, pero seguramente yo presioné mucho, aunque no lo recuerdo.
Sempere: Lo que nos decidió fue que, puestos a hacer clásicos, mejor hacer un clásico de verdad, algo que pudiéramos trabajar de una manera original. Si haces un clásico muy marcado en el tiempo, tipo El alcalde de Zalamea, con cosas que pasan en un sitio concreto, te obliga a un vestuario, a una escenografía, a una serie de características muy definidas y entonces no tiene tanta gracia.
Los trabajos de Shakespeare son ya anacrónicos desde el momento en que se escribieron, no se sitúan en un periodo histórico concreto, por lo que te dan mucha libertad para hacer lo que quieras.
Polls: El potencial creativo era más bien la motivación de Jordi, yo la verdad es que siempre he tenido afinidad con los clásicos. Por tradición, el teatro de Shakespeare siempre ha estado presente en mi familia y sobre todo las obras más épicas: Hamlet, Rey Lear y por supuesto Macbeth.
En casa, mi hermano y yo siempre fuimos afines a este tipo de historia. El personaje de Macbeth, el hecho de ser instigador, guerrero, gran batallador y al tiempo usurpador, un personaje con todas esas pasiones tan desenfrenadas, nos gustaba.
Reafirmando lo que ha dicho Jordi, también es importante el hecho de poder hacer lo que te dé la gana, es algo que Shakespeare te permite, puesto que tampoco sitúa sus obras en un tiempo exactamente real, por lo que puedes especular. Poder fantasear con un Macbeth, crear algo relativamente mágico, aunque solo sea estéticamente, está muy bien.
¿Cómo habéis desarrollado el proyecto y decidido qué partes de la obra incorporabais y cuáles quedaban fuera?
Sempere: Eliminar no hemos eliminado nada, sí que hemos quitado diálogo. Shakespeare básicamente es puro diálogo, que sería redundante cuando visualizas las escenas. Simplemente falta mucho diálogo, porque hemos añadido dibujo. En realidad nosotros hemos añadido escenas, en todas las transiciones de paso, que Shakespeare solventa con una frase. Hemos añadido imágenes para construir una lectura más propia del medio.
Una vez tomada la decisión más importante, la de no seguir al pie de la letra el texto de Shakespeare, lo que hicimos fue tratar Macbeth como si fuera un argumento nuestro y lo desarrollamos en escenas de cómic a nuestra manera.
Polls: Hemos tratado de ser fieles al argumento. Lo cierto es que Shakespeare siempre se ha visto en representación, bien en teatro, bien en cine... Hay un componente del que nosotros no disponemos, que es el actor, el actor y el director son quienes hacen un buen o mal Shakespeare y lo que aporta el actor en la interpretación es algo que nosotros no tendremos nunca, en el cómic no hay actores. Pero la mecánica del cómic nos ofrecía otras posibilidades, si tuviéramos que ceñirnos estrictamente al texto de Shakespeare, aunque por una parte sería maravilloso, nos veríamos obligados a hacer monólogos enormes y eso, a nuestro parecer, limitaba las posibilidades del cómic. Lo que nosotros entendíamos que podíamos hacer con el cómic. No quiero que se interprete en ningún momento que Shakespeare es limitado.
Sempere: El teatro de Shakespeare no es un teatro escrito para ser leído, es un teatro para ser interpretado, por lo que leído es muy lento, por el contrario escuchado tiene el ritmo que ha de tener. Trasponer por tanto los diálogos al cómic era complicado.
Polls: Queríamos darle la fluidez propia del cómic, siendo lo mas fieles posibles a Shakespeare. En esencia toda la obra de Shakespeare está allí, se han recortado diálogos y se han ampliado cosas, nos hemos permitido el lujo de inventar, en tanto en cuanto Shakespeare también inventó o reinventó, en su momento, la historia de los reyes de Escocia.
Vuestro planteamiento de la obra se centra en uno de sus aspectos clave: la manipulación y cómo esta nos conduce por caminos escabrosos, ¿por qué esta elección?
Polls: Manipulación y sobre todo la conciencia de haber manipulado. Hay un punto de ambición, que es el motor de la manipulación, y la conciencia de haber manipulado aterroriza a quien lo ha hecho cuando ya es demasiado tarde. Lady Macbeth ve todo un futuro frente a ella y presiona a su marido indeciso para que consiga lo que ella ansía y lo que ella dice que él desea. Él se convence de que ansía el poder y en el instante en que ya es imparable, su esposa toma conciencia de lo que ha desencadenado, pero es demasiado tarde para corregirlo.
Sempere: No tengo la sensación de haber priorizado la manipulación, mi idea siempre fue intentar interpretar el conjunto, porque creo que es lo que funciona, ese cruce entre la ambición y el miedo a aceptar el destino.
Polls: Hemos revisado muchas cosas, le hemos dado muchas vueltas, llevamos muchos años con muchos parones, pero cuando acordamos con Norma Editorial que lo producirían ellos, pegamos un buen tirón y revisamos muchísimas cosas. Nos dimos cuenta de muchas cosas que inconscientemente estábamos haciendo y cuando eres consciente de lo que tienes entre manos, sí que insistes en los aspectos que más te interesan.
La ambientación de los escenarios es casi asfixiante, pero sobre todo son paisajes yermos, carentes de vida. ¿En qué medida buscáis, a través de esta imagen, transmitir elementos propios de la obra de Shakespeare?
Sempere: La idea era hacer algo muy primario. Shakespeare es pasión en estado puro, es ambición, poder. La idea era jugar con los mismos elementos en la ambientación: piedra, hierro… todo a nivel muy primario, y esto se me cruzó directamente con las esculturas de Chillida, una forma pura, solida, que se impone sobre cualquier cosa. Es casi inmediato. Cuando tienes estos criterios, los unes y sale solo. Esa fue una de las primeras decisiones que tomamos: no hay decorado, no hay elementos realistas, no hay nada accesorio.
Polls: Jordi insistía en Chillida y a medida que iba dándole forma tanto a los castillos, como a los paisajes, cada vez me gustaba más ese punto irreal.
Dado que tampoco situamos la acción en ninguna época, porque el propio Shakespeare transgrede absolutamente toda la historia real, le damos una vuelta de tuerca más y transgredimos a Shakespeare; lo ambientamos de acuerdo a lo que nosotros sentimos y nos apetece hacer,
dándole ese tono oscuro. Como he dicho antes, me di cuenta de algunas cosas que estábamos haciendo a medida que las íbamos haciendo.
La obra que habéis desarrollado se acerca más a una visión teatral, que a una visión cinematográfica, ¿es algo que habéis buscado?
Polls: Discutimos un par de veces, porque yo nunca pensé en teatro mientras que Jordi sí pensaba en teatro y creo que hemos conseguido poco o mucho, inconscientemente, al menos por mi parte al principio, hacer teatro en cómic sin que ello suene muy pedante.
Sempere: Siempre se dice que el modelo del cómic es el cine, los movimientos de cámara, los escenarios, todo ese tipo de cosas. Hay muchos cómics que tienen un código mucho más cinematográfico, pero en este caso no, los códigos son más teatrales.
Lo hemos hecho así porque la historia lo pide, porque es una historia de elementos muy básicos, no es una historia de espectáculo.
Polls: De hecho,una de las cosas que yo me impuse fue no ver ni una sola de las películas basadas en Macbeth mientras estuviera escribiendo el guión. Compré la de Orson Welles, incluso Trono de sangre, la adaptación de Kurosawa, y todas quedaron en stand by para verlas a posteriori.
Discutimos muchas veces sobre el teatro de la época: que si no había escenarios, que si los actores interpretaban varios papeles, que no podían coincidir en escena, que si los hombres hacían de mujeres porque no había mujeres... Estudiamos cómo se representaba y analizamos por qué Shakespeare hacía esas cosas, por qué planeaba los actos de esa manera. No podía variar prácticamente de escenario. Tenía que contar cosas que ocurrían en otro lugar, pero no había manera de ir a otro lugar, no había manera de representar bosques, el escenario era prácticamente un espacio vacío, por lo que había que explicarlo todo mediante la palabra, tenían que utilizar recursos como que uno contaba a otro lo que había sucedido (sabes que a este le ha sucedido tal cosa, sabes que se dice esto…). Nosotros decidimos utilizar las imágenes para narrar, pero al nivel lo más teatral posible.
¿Consideráis que el cómic es un buen medio para hacer llegar los clásicos a lectores que de otra manera no se acercarían a ellos? Y al tiempo, ¿es una forma de hacer llegar lectores al cómic que normalmente no lo leerían?
Polls: En ningún momento pensé nada de esto, simplemente lo hice porque me gustaba. Si como consecuencia se consiguen más cosas, me parece bien, pero nunca he pensado en eso.
Sempere: En origen, como ya hemos comentado, fue un encargo para una colección de clásicos. Probablemente la editorial sí que se planteó estas posibilidades. No sé si una adaptación atraerá a lectores nuevos al cómic. Si lo hace, bienvenidos sean. Tampoco tengo muy claro que vayamos a llevar lectores a Shakespeare, no me atrevo a ser tan arrogante. Es decir, no puedo pensar que a partir de nuestra adaptación de Macbeth, los lectores van a empezar a ir a Shakespeare como locos. Ojalá.
Polls: Más bien yo pienso que los puristas a mí se me van a echar encima.
Sempere: La relación con los clásicos es siempre muy ambivalente. Para mí, un clásico es algo que forma parte de nuestra cultura y el hecho de rehacerlo, remontarlo y añadir más piezas al conjunto, siempre es interesante. Replantearse los grandes temas siempre es positivo. Esto es independiente de que cojamos un clásico de Shakespeare como Macbeth y lo adaptemos tal cual o que hubiéramos hecho como Kurosawa y lo hubiéramos trasplantado a otra época, o hubiéramos cogido la esencia de la idea del poder y la manipulación para trasladarla a otro tipo de historia con personajes actuales. Sería lo mismo, sería coger un tema clásico y rehacerlo. Añadiríamos más piezas al edificio, sin más pretensiones.
¿Qué otro clásico os gustaría adaptar al comic?
Polls: Yo seguiría con Shakespeare, tengo en mente El Rey Lear, algún día intentaré convencer a Jordi de que lo hagamos.
Sempere: Yo no me lo había planteado. También el editor nos preguntó: "¿haríais más?" y la respuesta es: "¿y por qué no?"
Polls: Pero no lo siguiente. Ahora no, porque este tipo de obra es durilla.
¿Cuál es el siguiente proyecto?
Sempere: En realidad es todo lo contrario a este.
Polls: Estamos haciendo una historia totalmente distinta, porque nos apetece mucho y porque así nos desintoxicamos, porque Macbeth es demasiado épica como para continuar con otra obra así.
Sempere: El nuevo proyecto es más una comedia, es contemporáneo, es actual y se desarrolla aquí, en Barcelona.
Polls: Es una historia de confusiones acerca de hasta dónde llega el misterio de la magia y lo que no es magia.
Además de hacer cómic, Josep Mª, eres Jefe de Estudios de la Escuela Joso y Jordi, da clases allí. ¿Cómo lo compagináis?
Polls: Sufriendo mucho. Últimamente, que estamos trabajando con el nuevo proyecto, me las estoy viendo peludas para poder digerirlo y poder seguir trabajando en ello. Es difícil, tienes las noches, los fines de semana y poco más. Es muy complicado porque llegas a casa muy cansado. En la escuela trabajo casi doce horas y son muchas horas.
Cada momento que tenemos libre lo dedicamos a esto, se lleva en la sangre. Además, trabajando en la escuela hay que estar también produciendo.
Norma ha apostado en este salón de manera decidida por proyectos de producción propia. ¿Llegan nuevos aires a la novela gráfica española? ¿Se empieza a reconocer al autor español?
Polls: Yo creo que el autor español siempre ha sido reconocido en la medida en que trabajaba para otros mercados. A todo el mundo le gusta Guarnido, por ejemplo. Creo que hace tiempo que las editoriales españolas producen material español, al menos las editoriales que siempre lo han hecho. Las que nunca lo han hecho van a seguir sin hacerlo. Las que tienen tradición como Norma Editorial, que siempre ha producido aquí, lo seguirán haciendo.
Yo creo que desde el punto de vista de autor, el problema es poder tener precios competitivos, porque producción nacional hay, pero no precios competitivos para que un autor pueda sobrevivir y no tenga que emigrar profesionalmente a otro país. Si yo no trabajase en la Escuela Joso ¿podría mantenerme haciendo cómic? Este es el gran dilema.
Sempere: Los tebeos que se hacen ahora mismo en España son de gente que empieza y no vive de su trabajo, con lo que puede dedicar el tiempo a perderlo de esta manera, o gente que ahora vive de otra cosa y vuelve a hacer tebeos, yo los llamo pre-profesionales y post-profesionales.
El mercado español no permite vivir de él y hay que trabajar para fuera, ya sea directamente o porque el material se revenda. La reventa a otros países es básicamente lo que permite producirlo en España y es lo que intentan las editoriales como Norma, producir aquí y que al revenderlo en tantos países como sea posible, sea rentable para todos.
Polls: Esta es una fórmula interesante y aceptamos el riesgo que conlleva.
A parte de esto, tengo que decir que estamos muy contentos con la edición de este álbum, el trato con Norma Editorial ha sido excelente. Son muy buenos profesionales . Álex me parece un editor genial y Óscar también y pienso que hay una apuesta muy buena por autores nacionales.
Conozco Norma Editorial desde hace muchos años. Jordi y yo somos viejos del lugar y sabemos que Norma siempre ha tenido en mente los autores españoles.
¡ Y así seguiremos!
31 de maig de 2013