Dos verdaderos mitos del mundo de la narración gráfica, Charlier y Jean Giraud, crearon uno de los personajes más emblemáticos del mundo del western, Blueberry, cuya serie tendría tanto éxito que propiciaría una nueva titulada: La Juventud de Blueberry. Una nueva serie en la que François Corteggiani y Michel Blanc-Dumont han tomado el legado de los creadores del personaje.
Dos amantes del western y de esta obra que cuenta con miles de seguidores en todo el mundo, a través de la entrevista descubriremos que la pasión por la obra, al tiempo que el profundo respeto por el legado recibido, es lo que permite a ambos autores seguir contando las aventuras del joven Blueberry.
¿Como llegáis cada uno a haceros cargo de este personaje?
F. Corteggiani: Yo era muy amigo de Jean-Michel Charlier, el creador de Blueberry y hablábamos con frecuencia. Un día me dijo que quería retomar la juventud de Blueberry y como conocía al dibujante Colin Wilson, se lo presenté. Inicialmente ellos dos retomaron la serie y fue él mismo quien posteriormente me pidió que yo continuase con ella.
M. Blanc-Dumont: Cuando Colin Wilson tomó la decisión de abandonar la serie por razones personales, (era inglés y quería volver a su país) François y yo ya nos conocíamos desde hacía tiempo y habíamos ilustrado libros juntos y fue él quien me lo propuso. Coincidió que tenía tiempo, porque había terminado la serie en la que había estado trabajando, y empecé con esta obra.
François, te haces cargo de La juventud de Blueberry desde el fallecimiento de Charlier, ¿cómo describirías tu evolución con este personaje?
F. Corteggiani: Inicialmente traté de ser fiel y seguir estrictamente la manera en que Charlier contaba la historia, con el respeto a la cadencia, al ritmo, incluso al lenguaje y los textos. Después poco a poco, a medida que avanzaban los álbumes, traté de aportar otras cosas
François, tu trayectoria como guionista abarca desde diferentes revistas francesas a Disney. ¿Cuáles son las diferencias más importantes entre estos mercados?
F. Corteggiani: En la base es el mismo trabajo.
Blueberry es algo que va a permanecer y sobre el que hay mucha documentación, mucho trabajo anterior y el trabajo de cada álbum permanece.
El trabajo para Disney es algo muy serio, incluso si se trata de comedia. Contar historias cómicas es más difícil que contar historias realistas. Las historias de Disney tienen de una a doce páginas, además de las adaptaciones de las películas. Es el mismo trabajo, pero uno es el reposo del otro. Puedo trabajar en Disney y después continuar con Blueberry y el paso inverso también es posible. Es toda una suerte, porque cada uno me aporta cosas diferentes.
¿Se ha definido ya la trayectoria de La juventud de Blueberry hasta llegar a Blueberry? ¿o se va definiendo con cada álbum?
F. Corteggiani: No, Jean-Michel hizo una base biográfica de Blueberry. Es posible añadir y crear algunas cosas, pero siempre dentro de unos ciertos límites, los marcados por quien después será Blueberry y siempre sin salirnos del periodo de la Guerra de Secesión. Lo bueno es que se pueden hacer cincuenta mil circunvalaciones alrededor de lo marcado por Charlier, en ese punto somos totalmente libres de incorporar o eliminar personajes.
M. Blanc-Dumont: Está el límite de la edad y la etapa histórica, pero a partir de ese punto podemos movernos como queramos. Tenemos una libertad prácticamente total. Salvo matar al personaje. Eso no es posible porque el personaje continúa en la siguiente serie.
Michel, ¿en que te has inspirado en tus diseños?
M. Blanc-Dumont: Soy un dibujante de Western desde hace muchos años y llegué de forma natural al universo de Blueberry, por lo que era relativamente fácil para mí. Al tiempo no intenté imitar el estilo de Jean Giraud, un poco con el mismo espíritu que François tuvo con Charlier. Es decir, ser yo mismo, sin traicionar su personaje. He intentado no hacer solo una copia sino aportar mi estilo. Sigo mi propio estilo y el personaje fluye fácilmente. Ahora es mi personaje.
¿Qué habéis aportado cada uno a este personaje?
F. Corteggiani: No lo sé, es un personaje realmente fuerte por sí mismo y lo que he tratado es de consolidarlo y no traicionarlo, puede ser que en los diálogos haya algo más de humor del que había antes, algunas reflexiones u otras cosas. No es algo que haya buscado, es algo que surge solo.
M. Blanc-Dumont: Cuando menos, el personaje ya tiene un carácter definido y la continuidad está marcada, lo que hacemos hoy viene marcado por lo que pasará después
F. Corteggiani: Todos sus defectos están establecidos en base a lo que será su futuro. Hay que preparar el camino hacia el alcoholismo, hacia su afición por las cartas y, al tiempo, está inmerso en una guerra que va conformando su carácter.
El western es uno de los géneros considerados clásicos, ¿en qué medida se ha ido modernizando la forma de contar el western?
F. Corteggiani: Al western no creo que se le pueda aportar muchas cosas nuevas, hay códigos bien establecidos. No me gusta y me enfadan quienes buscan hacer western con códigos modernos, que plantean un western más crepuscular, más violento y mucho menos próximo a la realidad.
M. Blanc-Dumont: Creo que aportamos nuestra modernidad, el personaje es anterior a nuestra época y forzosamente hay una forma diferente de trabajar y de hacer las cosas y eso queda reflejado en la obra, pero no es el resultado de una voluntad de cambio.
F. Corteggiani: Sé que Blueberry en mis álbumes reflexiona sobre las armas y que esas reflexiones son mías.
¿Os gustaría contar la infancia del personaje?
F. Corteggiani: ¿Y por qué no la historia de su padre? Se nos propuso hacer la vejez de Blueberry, con 70 años, viejo en chicago y consejero de Eliot Ness, en la época de Al Capone, y no es interesante. Creo que el personaje de la serie inicial y después La juventud de Blueberry ya es suficiente. La infancia sería algo así como un pequeño cretino en el sur, que pasa el tiempo intentando meter la nariz en la plantación de su padre y no tendría ningún interés. Es mejor mantenerse en lo que en su momento definió Charlier.
M. Blanc-Dumont: No es algo que interese.
¿Os gustaría ver una película de La juventud de Blueberry? ¿Quién os gustaría que fuese el director?
F. Corteggiani: Sería una película muy buena, no tanto como la que se hizo sobre Blueberry, pero esta supondría mucho trabajo porque se tendrían que hacer todos los uniformes de la guerra de secesión, las batallas, todo. Como director me hubiese gustado Samuel Peckinpah, pero dado que no puede ser, salvo que resucite, me gustaría Walter Salles, que es muy buen director.
M. Blanc-Dumont: Cuando dibujamos o escribimos las historias vemos la acción, vemos al personaje cabalgar, por lo que es un sueño verlo en el cine. Pero simplemente tratamos de hacer que nuestro trabajo dentro del tebeo se convierta en cierta manera en una película.
Hay que ser conscientes, de que hacer una película es muy caro y que en general las adaptaciones que se hacen de los tebeos al cine, no son extraordinarias.
F. Corteggiani: La reputación de Michel entre los cineastas es increíble.
M. Blanc-Dumont: En una ocasión Jean-Jacques Annaud, con quien trabajé hace mucho tiempo, me dijo: “eso que haces es increíble, con un lápiz puedes hacer todas las escenas que quieras. Para hacer una escena como esta, yo tengo que atravesar Europa, buscar todo lo necesario para hacerla, buscar especialistas en decorados, en vestuario, y buscar en diferentes países.” Es cierto que el tebeo te permite con un simple lapicero hacer una película completa.
¿Y una serie para televisión?
F. Corteggiani: Producida por HBO que hace las mejores series como Deadwood,Juego de tronos…
M. Blanc-Dumont: Pienso que sería mejor una serie de televisión que un largometraje.
F. Corteggiani: Pero yo me niego a hacer el papel del caballo.
¿Qué supone trabajar con un personaje heredado de dos grandes como son Charlier y Jean Giraud?
F. Corteggiani y M. Blanc-Dumont: Una carga muy pesada.
F. Corteggiani: Descubrí Blueberry en los sesenta cuando tenía 10 años y se publicaba en Pilote. Jamás pensé que lo guionizaría y es por igual una carga muy pesada y un placer, es algo realmente bueno.
M. Blanc-Dumont: También en verdad que después de la muerte de Giraud es todavía mayor la carga, pero de cualquier manera es bueno. Por suerte hemos podido continuar con este personaje, porque si nadie lo hubiese retomado, se hubiese acabado la serie con una historia inconclusa. Es una gran responsabilidad, pero nos gusta mucho.
¿Qué hay de vosotros en el personaje?
F. Corteggiani: Me gusta jugar al póker, me gusta el whisky y fumar.
M. Blanc-Dumont: Yo soy un amante de los caballos.
F. Corteggiani: Entre los dos nos complementamos.
M. Blanc-Dumont: Soy un gran amante del western, incluso por ello fui a los Estados Unidos . Es como en el cine, las personas que aman el western son las que pueden hacer este género. En el tebeo es lo mismo, muchos pueden hacer el estilo realista, pero para hacer western hace falta algo más, hay que respirar el género.
2 de juliol de 2013