Manolo Carot (Mollet del Vallès, 1976), que firma sus cómics como MAN, empezó a trabajar profesionalmente como ilustrador e historietista a finales de los noventa. Sus páginas vieron la luz en revistas como El Víbora y Kiss Comix, y desde entonces ha desarrollado series tan diversas como Universitarias, Huesos y tornillos, El hombre con miedo, Kung Fu Kiyo, Ari o Saltando al vacío. Actualmente trabaja en la adaptación al cómic de la Trilogía Millenium de Stieg Larsson.
Recientemente le entrevistamos con motivo de la publicación en España de EL CLIENTE, su muy esperada y muy inspirada colaboración con Zidrou, que se presentará en FNAC Triangle de Barcelona hoy jueves 26 de junio a las 19:00.
¿Cómo surge la posibilidad de trabajar con Zidrou?
Pues surgió por una propuesta de Dargaud. No acababan de ver posibilidades comerciales en los proyectos propios que les presentaba, y llegó un punto en el que la única solución que encontré fue la de que me sugirieran un guionista, porque yo ya estaba agotado de crear y presentar cosas a las que siempre acaban por encontrar algún problema. Supongo que no estuve muy inspirado, o tal vez lo estuve demasiado.
Pese a todo, finalmente me alegro de que todo fuera así, porque colaborar con alguien como Zidrou es más que una suerte.
Dado lo bien que habéis funcionado aquí como equipo, ¿tenéis pensado volver a colaborar en el futuro?
Hemos hablado varias veces de hacer algo más juntos. Sólo es cuestión de tiempo.
En tus obras con guión propio, como Saltando al vacío, haces gala de un sentido narrativo envidiable. ¿En El cliente has trabajado a partir de un guión muy cerrado y específico o has contado con margen de maniobra para planificar y desarrollar la historia? ¿Cómo prefieres hacerlo?
Zidrou me entregaba un guión bastante claro, con las escenas bien definidas y las viñetas marcadas, aunque tampoco era excesivamente descriptivo. Digamos que era un término medio. Después, yo tenía bastante libertad a la hora de interpretarlo a mi manera a través de un story, y a partir de ahí elegíamos lo que mejor funcionaba.
Por elegir, prefiero esto. Si trabajo con un guionista, quiero sentir que ha hecho su parte del trabajo. La verdad es que le encuentro el punto incluso a los guiones superacotados, porque tienen un componente de rompecabezas que es realmente divertido, como sucede en los últimos guiones de Hernán Migoya para Hermana pequeña. De todos modos, siempre es necesario contar con la suficiente libertad como para mandar el guión un poco a la mierda y hacer lo que tú crees mejor.
En tu página de autor en Facebook hemos podido ver viñetas inéditas de El cliente con trazos y estilos muy distintos a los que finalmente has adoptado…
Como digo, El cliente llegó después de unos cuantos intentos de proyectos que no cuajaron, incluso uno con el propio Zidrou. Cada proyecto necesita unos matices gráficos diferentes, y aquí jugó un papel determinante la falta de confianza que me generó recibir tantas negativas.
Así pues, cuando llegó El cliente, tenía un cacao impresionante entre que lo que yo quería hacer, lo que yo creía que ellos querían que hiciera, lo que yo creía que ellos pensaban que el público querría…
La paleta de colores también resulta muy particular, y se ajusta perfectamente al tono que precisa la historia.
Con eso también tuve mis problemas, aunque finalmente estoy muy contento con el resultado. Desde aquí quiero comentar que Carlos del Rincon me ayudó con los colores en una parte de la historia, y que Santi Arcas me dio un par de consejos que fueron clave.
Zidrou decía que te habías tenido que entregar a los burdeles para documentarte e impregnarte de la ambientación. ¿Hasta qué punto te fue de ayuda? ¿Cómo percibiste aquello?
No hubiera podido hacer este cómic sin hacer aquella documentación. Yo jamás había entrado en un puticlub, y tenía una idea muy sesgada e irreal de lo que era aquello. Cuando llegué a la parte del guión en la que aparece el Paraíso, el gran puticlub, lo entendí como una obligación. Mi mente estaba en blanco a la hora de imaginar lo que sería un lugar como aquel, por más documentales y reportajes que viera.
Después de visitar clubes, mi cabeza empezó a llenar muchos huecos visuales, y sobre todo ambientales. Definitivamente empecé a percibir aquel mundo de otra manera.
Con series como Universitarias, Huesos y tornillos o Historias increíbles te ganaste el favor del público aficionado a lo erótico gracias a la frescura de tus chicas. En El cliente logras imprimirles sensualidad, pero también grandes dosis de sordidez cuando es necesario. ¿Cómo lo consigues?
¿No enseñando tetas?
El cliente está repleto de trama y tensión, pero no hay exactamente escenas de acción. En otras de tus obras hemos podido comprobar lo bien que se te dan, pero aquí consigues mantener siempre el interés a flor de piel pese a que buena parte del libro retrata simplemente conversaciones entre personajes. ¿Qué resulta más difícil, ilustrar diálogos de manera que funcionen gráficamente o desarrollar escenas trepidantes y casi sin diálogos?
Creo que cada cosa tiene su dificultad. El tono de la historia ha sido la faceta en la que más nos hemos concentrado. Tenía que ser sórdido, pero sin ser explícito. Está todo como en un tono de gris.
Aparte del cómic, los tatuajes son tu otra gran pasión. ¿Cómo lo compaginas?
De momento no le puedo dedicar mucho tiempo a los tatuajes. Una tarde a la semana, bajo a Barcelona, al LTW y allí tatúo mis diseños y diseños ajenos. Pero a la que pueda, ese tiempo irá creciendo. Siempre he pensado que la especialización es la muerte. Es muy fácil encerrase en la autocomplacencia, en esa zona de confort en la haces sólo lo que se te da bien, y no salir a ver lo que hay fuera, y esta es una manera de empezar siendo un patán otra vez. Que no digo que en el mundo del cómic vaya sobrado, pero como mínimo me he ganado el derecho a ser resultón.
¿Aplicas lo que aprendes en un ámbito al otro? ¿La retroalimentación funciona sólo en una dirección? ¿En ambas?
Realmente hay muchas cosas del tatuaje (composición, conceptos de rotundidad) que me sirven a la hora de dibujar cómic, y por supuesto el cómic me sirve para el tatuaje. El cómic es la mejor escuela de dibujo que pueda existir. Sabemos hacerlo casi todo. Posiblemente la mayoría no sabemos hacer nada realmente bien, pero no nos tiembla la mano con casi ninguna petición loca. Y en el tatuaje hay muchas peticiones locas.
¿Cuándo veremos tu material para la Trilogía Millenium publicada en España?
Hace un mes acabé la segunda entrega (el número 4), así que supongo que aquí no tardaran mucho en salir mis dos números.
¿Qué otros proyectos tienes en marcha?
En septiembre empiezo la última entrega de la Trilogía Millenium, el número 6. Y después tengo un proyecto que empecé con Rubén del Rincón hace algún tiempo y que va a ser la bomba.
El Ciente: http://www.normaeditorial.com/ficha.asp?0/0/012034486/0/el_cliente
Man en Facebook: https://www.facebook.com/pages/Man/1513081828915171
Blog de Man: http://mancomic.blogspot.com.es/
Presentación del álbum en Barcelona: https://www.facebook.com/events/1387856378169091/
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26 de juny de 2014