Estamos preparando el próximo Salón Internacional del Cómic de Barcelona y hemos recopilado algunas de las entrevistas que nuestra colaboradora Marisol Hernández realizó en el último certamen a varios de nuestros autores.
Khalid es una obra con la que Damián y Jordi Pastor nos conducen magistralmente a través de las vivencias de los jóvenes magrebís, que tras un tortuoso y duro viaje, llegan a España en busca de la tierra prometida, pero que en muchas ocasiones no van a encontrar, sino nuevos motivos para la desesperanza.
Una narración que sobre todo pone el centro de atención en lo que sin duda es uno de los fracasos de nuestra sociedad, la integración de los jóvenes llegados de África. Una narración sin exageraciones, sin dramatismo de película de sábado por la tarde. Este libro representa la realidad. Haciéndonos ver aquello con lo que nos cruzamos en nuestra ciudad sin querer verlo, ni mucho menos analizarlo. Una lectura amena, que además aporta un punto de reflexión.
Vuestra obra es un viaje entre los sueños futuros y los sueños perdidos, cada una representada por un hermano. De la esperanza al tiempo que se vive la derrota, ¿Cómo surge y porque este proyecto Damián?
En el grupo de amigos autores de cómic que nos juntamos en Barcelona, Santi Navarro, un día me comentó que eran más interesantes las historias que contaba de mi trabajo, que los guiones que hacía. Fue cuando decidí escribir un guión basándome en mi experiencia como educador social.
A ello se une el hecho de que Pepe Larraz, cuando empezamos el Barcelona TM, me pidió también una historia de corte social. A partir de ahí hice una historia de ocho páginas sobre menores inmigrantes. A la editorial le gusto y me pidió desarrollarla un poco más y el resultado es la novela gráfica Khalid, que ha dibujado Jordi Pastor.
Damián tu eres educador social, ¿la realidad es tal como la pintas o es peor?
Es peor. En el libro salen algunas situaciones y anécdotas, pero es peor el tener que lidiar el día a día con un montón de situaciones durísimas. Todos los chavales con los que trabajas tienen unas historias familiares complicadísimas y tienes que estar con ellos, animarlos y tratar de que salgan adelante.
Jordi el color se utiliza como recurso narrativo en el comic, ¿por qué tomas esta decisión?
Al principio no me lo había planteado así, sino que estaba planteado a color completo. Más adelante cuando vimos el resultado de las páginas a color, decidimos primero pensar en grises y poco a poco se fue fraguando la idea de los dos colores para diferenciar situaciones espaciales diferentes. Un color para la historia de uno de los hermanos y otro color para el otro. En las últimas páginas se produce un giro y el color ya no solo se asocia a la posición espacial, sino a factores emocionales. Un color para la emoción de la esperanza perdida y el otro para la pura realidad.
Te has basado en un piso de acogida que fue cerrado, ¿cuánto de la historia está basado en este centro?
Era el centro en el que trabajaba mi pareja y se basa en el mismo entre un 30 y un 40%. Gran parte de la historia me la han explicado los chavales en la cárcel de menores en la que trabajo. En el centro en el que estoy hay muchos chavales magrebís y en las tutorías te explican su viaje vital, como empiezan en Marruecos el viaje hasta la península, su periplo por diferentes centros de acogida, muchas veces por toda España.
De todas esas historias vas cogiendo de aquí y de allá, vas mezclando diferentes personajes, diferentes historias vitales, hasta que consigues darles unidad y crear una sola narración y ese es el resultado de la historia de los dos hermanos.
En el libro, hay tres elementos claves. Uno es la la lucha permanente del hermano por alejarse de la cárcel, pero el entorno es más fuerte que él y siempre vuelve a delinquir. Damián en base a tu experiencia ¿es realmente así?
Hay chicos que lo intentan y que no pueden salir. En realidad la historia de los dos hermanos, podría ser la de una sola persona, la de un joven que inicia el viaje con una serie de sueños y esperanzas y que cuando llega a España se da cuenta de que con trece años no puede trabajar, cuando es lo que quiere para enviar dinero a su familia. Puede formarse, pero tampoco tiene papeles y tiene que conseguirlos para acceder a cursos de formación. El tema de los papeles se alarga, a los chavales se les agota la paciencia y escuchan los cantos de los compañeros, que están en plaza Cataluña pegando tirones a los bolsos y que le tratan de pringado.
El que quiere hacer las cosas bien, estudiar, tener paciencia y conseguir los papeles se convierte en el centro de las críticas. Mientras que los demás llevan su chándal y sus zapatillas de marca, tienen para comprarse cualquier cosa, aunque sea con dinero de trapicheos o robos, el que lo quiere hacer bien no puede evitar las presiones del grupo.
Jordi, aunque tú no has estado en el centro, es impresionante cómo te planteas las escenas, de manera que queda tan clara esta terrible contradicción ¿Cómo lo consigues?
Como cualquier arte es algo emocional y cuando empiezas a diseñar el personaje, piensas en las experiencias que has vivido y que son validas para representarlo. Me he enfrentado a situaciones personales que tienen puntos en común con la historia y eso te ayuda. Desde tus vivencias personales intentas desarrollarlo y dibujarlo adaptándolo a la historia que estás contando.
El segundo elemento es el comportamiento de los vecinos próximos al centro, que no paran hasta conseguir que el centro se cierre. ¿Creéis que todo el mundo reaccionaría de la misma manera?
Por desgracia si. Conozco casos de otros centros de acogida que han estado en centros vecinales normalizados y no en núcleos aislados, y en todos ha sucedido lo mismo. Si bien es cierto que son chavales conflictivos, que arman follón, llegan tarde, con perfiles muy asociales, también es cierto que no se les da una oportunidad. En todos los sitios que hay centros la convivencia es difícil y siempre hay presiones.
El tercer elemento es la pareja de ancianos que representa la esperanza ¿Siempre queda esta puerta Damián?
Si, muchos chavales tienen a un tío, a una tía o a un conocido. También hay cierta red social o de familia extensa que puede acogerles, un hermano mayor que ha normalizado la situación, un pariente. Siempre hay una esperanza, puede haber un adulto dispuesto a echar una mano a nivel de alojamiento, incluso a nivel económico en los primeros días.
Jordi con estos dos personajes hay una diferenciación a nivel gráfico con todos los demás, parecen ser los únicos serenos de toda la historia ¿Es algo que buscas o surge de forma natural?
Creo que surge. Cuando leí el guión, estas dos personas me parecieron muy amables, como si estuvieran en paz con ellos mismos y como ven reflejado en el pequeño algo muy cercano, tal vez algún familiar que ha pasado por eso. Sin pensarlo los dibuje con un aspecto muy amable, pero también es cierto que son de los pocos personajes que realizan una acción altruista, sin esperar nada a cambio
Jordi tu además tienes una productora de Cortos, perfectamente Khalid podría convertirse en una película, pero porque no hacer un corto ¿te lo has planteado?
Si, pero es lo que le he comentado en alguna ocasión a Damián. A mi me gusto mucho una película de Michael Winterbottom y creo que es el tipo de película ideal para este tipo de historia, es una película documental, es ficticia, pero desarrollada en formato documental, las escenas son tipo documental y yo creo que este tipo de historia, que refleja una realidad social, hay que enfocarlas desde la estética de un documental.
Damián me ha encantado el prologo que se lo solicitáis al Juez Emilio Calatayud, el juez de las famosas sentencias de granada. ¿Cómo contactáis con él y por qué le solicitáis el prologo?
Yo conocía su trabajo, sabía que a uno de los chavales le condenó a dibujar un cómic sobre el delito que había cometido y por ello intuía que podía estar sensibilizado con el mundo del cómic. Se lo propuse a Alex, el editor, se estuvo informando sobre este señor, vídeos, charlas que realizaba a los padres y le pareció una buenísima elección. La editorial le envió varios mails hasta convencerlo, eso sí, nos puso una condición, tenía que leer el cómic antes de tomar una decisión. Estaba de acuerdo con lo que se contaba y decidió hacer el prologo.
¿Cómo conseguís eludir en la narración el dramatismo exacerbado, consiguiendo por el contrario dotar a la obra de gran realismo?
Creo que en parte es debido a mi experiencia como educador, pero también los consejos de amigos que te dicen: “El dramatismo está bien, pero en la vida real también hay humor y hay que mezclarlo.”. Muchas historias están basadas en la vida real y en la vida hay drama, hay alegría, hay esperanza, hay tristeza,…Es esto lo que hemos tratado de reflejar.
El cómic trata de enfocarlo de forma objetiva, reflejar las diferentes situaciones como si se tratara del punto de vista de un observador externo. Además el dibujo de Jordi también ayuda, al no ser un dibujo realista, aligera un poco el tono dramático.
Aunque la historia se cierra, es cierto que pueden plantearse nuevas historias desde su final. ¿Veremos una segunda parte Damián?
Yo espero que sí, tengo muchas más historias que contar. A mí me gustaría contar también la parte mas relacionada con mi trabajo en los centros cerrados, pero está por ver. Yo seguiré escribiendo historias relacionadas con el mundo de lo social. También me gustaría contar historias sobre mi experiencia trabajando con discapacitados psíquicos, son proyectos que están en la cabeza y espero que en algún momento vean la luz.
Jordi, ¿Tenéis algún nuevo proyecto en común?
Si, estamos preparando cosas.Estamos preparando un proyecto de ciencia ficción los dos juntos, pero todavía está muy verde. Hay algunas páginas escritas, se ha empezado a dibujar algo, pero está todavía en una fase muy embrionaria.
15 de gener de 2014